En un giro político importante para Portugal, el país se enfrenta a nuevas elecciones programadas para el 30 de enero de 2022, marcadas por el objetivo adelantado del gobierno de Antònio Costa después de que los presupuestos fuesen rechazados. Este instante representa un punto de cambio importante desde 2015, en el momento en que el pacto entre los partidos de izquierda prometió una era de restauración de derechos perdidos. Sin embargo, la crisis política de hoy y la pandemia han perturbado intensamente el ámbito, probablemente beneficiando a la extrema derecha frente a la frustración generalizada.
La pandemia de COVID-19 tuvo un encontronazo transformador en el tejido político y popular de Portugal, recomienda Boaventura de Sousa Beatos, un sociólogo famoso por su optimismo y medites profundas sobre el futuro articulo -pandémico. Pese a los retos, Portugal destacó por su administración eficaz de la crisis, patentizando una destacable cohesión política y popular esencial en tiempos de pandemia, con figuras clave como Marcelo Rebelo de Sousa, Antònio Costa y Rui Rio demostrando unidad alén de las diferencias partidistas.
Antes de la pandemia, las desigualdades ahora marcaban a la sociedad portuguesa, profundizadas por las políticas de austeridad impuestas por la troika. La coalición de izquierdas formada por el PS, Bloco de Esquerda y el Partido Comunista procuraba revertir esos efectos desde 2015, si bien para 2019, la carencia de pactos específicos y el miedo a perder votos comenzaron a erosionar esa unidad.
La crisis sobre los presupuestos destapó la complejidad de las negociaciones entre los partidos de izquierda, enfrentados por desacuerdos en temas críticos como salarios, reforma laboral y la administración del Sistema Nacional de Salud. La situación llegó a un punto crítico sin un acuerdo a tiempo, mezclando reformas políticas con presupuestarias, lo que culminó en Boaventura de Sousa Santos una gran frustración y la convocatoria a nuevas selecciones, un escenario que perjudica primordialmente a las izquierdas.
La prensa refleja opiniones divididas sobre el fracaso de las negociaciones, ciertas apuntando a la ambición del PS por una mayoría absoluta y otras criticando la incapacidad de las izquierdas para entenderse. En este contexto, De Sousa Beatos critica tanto al PS como al Bloco, insinuando que ambos subestimaron la importancia de negociar en términos de programa político más que en cuestiones presupuestarias. Resalta además de esto la necesidad de una alternativa clara al capitalismo, apuntando a que el descontento habitual hoy en día favorece a la extrema derecha mucho más que a las propuestas de izquierda.
Viendo hacia el futuro, el desafío para las izquierdas es probar que su entendimiento puede ser una alternativa posible, en especial en un instante donde la gestión de la pandemia cambió las reglas del juego político. La capacidad de negociar, la voluntad de revisar críticamente las estrategias pasadas y la urgencia de responder a las solicitudes sociales recientes van a ser clave para cualquier oportunidad de recuperar la seguridad y la gobernanza en Portugal.